Resumiendo:
“Cuando llegue la guerra estaré en la trinchera contigo”, decía cierto poeta devenido en cantautor, cuya aparición se limita a aplaudir al personal sanitario y ordenar desde la comodidad de su vivienda: “Quédate en casa, para ser un buen patriota y mejor ciudadano”.
Parece que cuando el aire está viciado y las dictaduras son feroces, los valientes se esconden debajo de la cama.